sábado, 2 de junio de 2007

De la cultura al olvido –notas inconexas–

sábado, 2 de junio de 2007

Javier Torres Vindas

La tesis 4 del Manifiesto Futurista de Filippo Tommasso Marinetti (1909) afirma:

“(…) Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza, la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado con gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un automóvil rugiente, que parece correr sobre la ráfaga, es más bello que la Victoria de Samotracia.

A 99 años de esta afirmación los coches sufren esclerosis múltiples. Hoy son las carreteras virtuales. Reina el solipsismo digital como uno de tantos sentidos apuntados. El problema está en que la manipulación exterior se traslada al interior mismo de nuestra subjetividad. El exterior, definitivamente confundido con el interior, ha dejado de ser campo exclusivo de acción, para trasladarse al cuerpo humano: “¡La última frontera!”. Hasta la inmovilidad a la que estamos siendo sometidos, es ahora domesticable. i.e. Avalon conocida como War-trix de M. Oshii - 2004

¿Podemos arribar al injerto de una conciencia preparada, al igual que ya se habla de colocar en un anciano víctima de Alzheimer una memoria nueva? Los avances científicos podrán ayudar a mucha gente: orgásmica carrera a la cual no parece interesarle la ruptura de lo que el ser humano ha sido hasta ahora ¡cópula libidinosa!

Nos hemos convertido en objeto de intervención: se puede manipular sus componentes íntimos y sustituir los sentidos amputados con otros. El cuerpo, último reducto, va a ser sobrexcitado para adaptarlo, aún inmóvil frente a la pantalla, a la velocidad de la luz de la información: ¡muerte del hombre!

Nadie cuestiona la idea de que el ADN sea un código, un pedazo de software raramente ingenioso pero lleno de imperfecciones. ¿Equivale al desvanecimiento o a la desaparición del humano como lo hemos conocido hasta ahora para ser sustituido con un ser preprogramado, permanentemente sobrexcitado y plenamente compenetrado con las ondas electromagnéticas? E. M. Cioran, afirmaba: “Ser objetivo es tratar al prójimo como se trata u objeto, a un muerto, es comportarse con él como un sepulturero” El cuerpo no hará falta. Al fin y al cabo la nano-tecnología permitirá la sustitución de órganos y el hombre de la conciencia amputada será acelerado al igual que un "matizado" o "taimado" Podría argumentarse que semejante sobrexcitación nos llevará a estadios impensados y que el placer que de ello derivaremos será satisfaciente a grado supremo

Que el mundo se convierta en una página web y los hombres en elementos de una red mediática podría presentarse como la escogencia sin límites. Sin embargo, el proceso nos llevará a no sentir:

  • Los sentidos serán amputados por saturación, dejaremos de percibir.
  • En lo que hasta ahora sigue siendo el exterior podemos encontrar cansancio, fatiga, en buena parte por exceso de historia y por conocimiento demasiado cercano de la repetición e insipidez: hablen con una persona que ha pasado 12-16 horas frente a la pantalla de play, de tele, de PC; es el despojo de un autómata cuya única realidad y supervivencia senso-motora se da en la virtualidad, es incapaz de articular un movimiento “normal” y menos sentirse interesado en la vida al aire libre.
  • Luego diremos: ¡La realidad del acontecimiento fue eliminada por una regulación del pensamiento!

Al igual pasará en el interior. Los procesos se darán y quizás ni lo notemos, saturación, repetición y cansancio. Los estados germinativos y de éxtasis arrojaran dudas y no luces. La noticia interna al hombre sobrexcitado se hará banalidad por exceso, ya no sentirá. Habrá quedado completada la amputación de los sentidos. La simulación con que se alimentará a los sentidos habrá conducido a una especie de industrialización del olvido. Bajo estas condiciones el hombre será uno que no querrá se le moleste. El paso de la naturaleza a la cultura será ahora un paso de la cultura a la ausencia.

Javier Torres Vindas

1 comentarios:

Amalia dijo...

La ausencia, sólo es ausencia para el recuerdo...
La manipulación del cuerpo, me parece, es el preludio de algo más siniestro: la intromisión del Estado en los asuntos que antes pertenecían a nuestra intimidad. Ya el cuerpo pasa a ser algo obvio, aunque desconocido, pues se continúa hablando del alma como algo separado de él. No se trata de rescatar tesis materialistas, sino de manifestar la ignorancia respecto de la potencia del cuerpo. De él provienen la multiplicidad y singularidad de las percepciones, de ahí una sabiduría que nos hace revivir el mundo, habitarlo, no como un mero trámite...
Y, bueno, de ahí también la singularidad e irrepetibilidad de la experiencia. Hemos olvidado que la cultura no sólo es un proceso de construcción, sino también de asimilación en nuestras posturas y gestos. Basta ver las caras de hastío.
Por otra parte, el cuerpo junto con el sujeto se ha ampliado de tal manera que ya no hay precisamente un exterior, sino una red de subjetividades que consideran el acuerdo como una repetición o glosa, cuando era la peculiaridad de las experiencias vivenciadas por un cuerpo único e irrepetible lo que permitía llegar a consenso.

saludos

 
Asociación de Estudiantes de Filosofía UCR. Design by Pocket