martes, 30 de octubre de 2007

martes, 30 de octubre de 2007 0

sábado, 27 de octubre de 2007

sábado, 27 de octubre de 2007 0

miércoles, 24 de octubre de 2007

Malicia Indígena

miércoles, 24 de octubre de 2007 0

"Y si fuera por comer. Por negocio. Y si fuera por cuenta propia, pero a medias en la ganancia con el patrón y a veces ni siquiera a medias. El maíz empobrece la tierra y no enrriquece a ninguno. Ni al patrón ni al mediero. Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho de maíz. Sembrado por negocio es hambre del hombre que fue hecho de maíz".

Miguel Ángel Asturias
Hombres de maíz

martes, 23 de octubre de 2007

martes, 23 de octubre de 2007 0
Centro de Estudios y Publicaciones ALFORJA
Centro de Estudios Psicoanalíticos ASPAS
Revista Anotaciones Sociológicas


Invitan al Encuentro Popular de Reflexión:


“Subjetividad y TLC:
Los impactos psico-sociales del Referéndum”



Comentan:
Ursula Hauser
Álvaro Dobles
Manuel Solís
Viviana Guerrero

Modera:
Casilda Sancho B.


Lugar: CEP-ALFORJA
Fecha: Viernes 26 Octubre del 2007
Hora: 6:00 a 9:00 p.m.

Informes al 333-0487 / 280-6590
socioarte@yahoo.com

Dirección del CEP-ALFORJA: San Pedro, B°. Roosvelt,
de Pizzería Pomodoro 50 m. este, casa amarilla
con portones verdes.

sábado, 20 de octubre de 2007

Metáfora y Filosofía

sábado, 20 de octubre de 2007 0
LA METAFORA Y LA FILOSOFIA CONTEMPORANEA DEL LENGUAJE

POR EDUARDO DE BUSTOS


La historia de las relaciones entre la filosofía y la metáfora es la historia de una pasión atormentada y ambivalente, pero constante. Sin embargo, aunque la metáfora ha constituido un motivo permanente de reflexión teórica, la importancia que ha adquirido en las últimas décadas no es solamente constante, sino espectacular. No sólo en cuanto a la extensión de publicaciones sobre el particular, sino en cuanto a la variedad de su procedencia. Si hay algo que caracterice a la actual eclosión de estudios sobre la metáfora es la pluralidad y heterogeneidad de los enfoques bajo los cuales se considera. Ambito acotado de las reflexiones de retóricos y filósofos en siglos pasados, el estudio de la metáfora ha desbordado los límites para introducirse en materias tales como la psicología, la sociología, la antropología, la teoría de la ciencia e incluso la inteligencia artificial. Una de las últimas recopilaciones dedicadas al tema ha podido hacer referencia a la ubicuidad de la metáfora, a su capacidad para aparecer en muy diferentes campos teóricos y marcos conceptuales.

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viernes, 12 de octubre de 2007

Foucault y el Discurso del Poder

viernes, 12 de octubre de 2007 0

Foucault y el discurso del poder. La resistencia y el arte del existir *

María Inés García Canal**
UAM-Xochimilco


¿Qué decir sobre Foucault y el discurso del poder que no sea una reiteración de lo dicho por este pensador en texto ya clásicos como El sujeto y el poder, obtienen los textos, cursos y entrevistas que se agrupan bajo el título de Microfísica del poder; o en su monumental obra Vigilar y castigar?

¿Cómo plantear la perspectiva Foucaultiana sin recordar que su pensamiento se inscribe y se teje con otros que le son contemporáneos? Es con otros que piensa, reflexiona, se enfrenta, en un clima de diálogo constante, de entrecruzamiento de ideas, de crítica sistemática que floreció en Francia entre los años 60 y 70's, generando el suelo propicio para el desarrollo de uno de los pensamientos críticos de mayor riqueza de esta última mitad de siglo, y que ha dejado su impronta en la reflexión histórica, filosófica, política, sociológica, de tal manera que, a partir de la producción de estas reflexiones sin parangón de todo un grupo de pensadores (entre los que se encontraba Foucault, Deleuze, Barthes, para no citar más que las figuras predominantes), ya no podemos pensar de la misma manera.

Le correspondió a Foucault conminarnos a pensar de otro modo, a romper con las formas establecidas y hacer del pensamiento una fiesta, atravesado por la emoción, el trabajo arduo y minucioso, la erudición y también la pasión, el placer y el goce.

La reflexión realizada por Foucault a lo largo de 30 años lleva consigo una de las críticas más feroces al mundo que nos tocó vivir. Si bien su trabajo es eminentemente histórico (muestra la sociedad moderna en su conformación la forma que fue adoptando desde fines del siglo XVII hasta su esplendor en el siglo XIX), a pesar de ello, de ser un trabajo histórico, nos hemos sentido concernidos por su letra, profundamente concernidos. Foucault nos habla de nuestro presente y de nuestra actualidad hablando del siglo XIX, al mismo tiempo que nos abre la posibilidad de pensar nuestra actualidad y pensar(nos) inmersos en ella, una vez más, y esta vez, de otra forma.

Valdría preguntarse ¿qué hay en la reflexión de Foucault que ha sido capaz de poner en vilo nuestro presente y nuestra cotidianidad cuando su discurso se centra en el análisis de las condiciones históricas que permitieron la constitución de la sociedad moderna? ¿Por qué desató y desata aún la iracundia de tantos detractores y también la pasión de tantos seguidores? ¿Por qué Foucault hablando del siglo XIX, continúa hoy vigente y aún más, continúa poniendo en cuestión nuestro presente? ¿Cómo y de qué manera una reflexión histórica se vuelve profundamente actual?

Quizá, podamos insinuar una respuesta si analizamos como focaliza Foucault el poder, poder que sólo existe en una relación marcada entre ese par inseparable que es, por un lado su ejercicio y por el otro, la resistencia a ese mismo ejercicio. Par indisoluble, siempre presente, no puede dar segundo sin el otro; par de fuerzas siempre en continua tensión, en guerra permanente.

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miércoles, 10 de octubre de 2007

REFERÉNDUM EN COSTA RICA: FRAUDE, ERRORES, PERSPECTIVA

miércoles, 10 de octubre de 2007 0
Helio Gallardo

En Ojo Censurado,
N° 11, octubre 2007

I

En la Costa Rica del siglo XXI se dibujan dos procesos políticos de diverso carácter y que, hasta el momento, se han enfrentado parlamentariamente. Uno es el esfuerzo coordinado de empresarios centroamericanos y locales, transnacionales y ‘tecnócratas’ por insertarse en la lógica de la acumulación global de capital, subordinando, en un mismo movimiento, a la fuerza de trabajo, los recursos naturales y la historia de seguridad social del país. Carece de partidos en sentido estricto (puesto que lo que tienen son intereses), pero controla finanzas y propiedad, medios masivos, jerarquía clerical, instituciones políticas y una buena parte del ‘sentido común’ de la población. Actualmente los hermanos Arias condensan su primer gobierno directo. El bloque tuvo antes aproximaciones (Calderón, Figueres Jr., Rodríguez) que, por causas diversas, frustraron sus expectativas. Sus dirigentes estiman que con los Arias ha llegado el momento del avance final y de la instauración de su hegemonía. Este bloque (plural, con sectores no siempre conscientes de los alcances del proyecto) acaba de obtener una estrecha victoria (51.6%) en el referéndum que decidía la aprobación o rechazo de un pacto comercial (no es un tratado de libre comercio) empresarial con Estados Unidos y otras economías y Estados menores. La encendida y polarizada pugna por el pacto se debió al significativo rechazo de este proyecto.

El otro proceso tuvo su gestación en una sensibilidad particular, aunque amplia, de rechazo a la corrupción y venalidad políticas de la minoría reinante (“meritocracia”, la llamaron en algún momento los Arias), a su impunidad y a la alianza que su corrupción establecía con clientelas empresariales. Costa Rica posee un Estado sólidamente clientelista y mercantilista. Casi no muestra políticos profesionales (una especialidad que posee su propia dignidad). Todos, o casi todos, “abandonan” sus negocios para ocuparse de la cosa pública “por amor a la patria”. Normalmente viven con opulencia o con más recursos que un ciudadano medio. Parte de su riqueza (y prestigio) es explicable por razones familiares o profesionales. Otra, la visible (el país es paraíso de sociedades anónimas), debe atribuirse a alguna inclinación de la fortuna que parece acosarlos sin tregua. El Estado clientelista atiende gamonales y grupos-masas electorales y también ‘buenos negocios’ empresariales. El Estado mercantilista resuelve las posiciones desde las que es posible establecer y agilizar los ‘buenos negocios’ empresariales, locales y transnacionales, no siempre, pese a la legislación ad hoc y la complacencia del Ministerio Público y los jueces, lícitos. El círculo de descomposición se cierra porque entre estos políticos clientelistas y mercantilistas reina el pacto del “hoy por mí, mañana por ti”.

En relación con este modelo de ‘convivencia democrática’ se gestó durante la transición entre siglos una sensibilidad de rechazo a la corrupción política y a la venalidad delincuencial de los políticos. En las elecciones generales del 2002 esta sensibilidad se materializó en tres candidaturas: la abelista, la del Partido Acción Ciudadana (PAC) y la del Movimiento Libertario (ML). Con sus claras diferencias sociohistóricas e ideológicas las tres candidaturas, con motivaciones distintas, apuntaban al final de las mafias y de su forma de ‘estar en la política’ y de ‘hacerla’. El abelismo (por Abel Pacheco, el candidato), triunfó y se frustró. El PAC, con estilo fluido y ambiguo, creció electoralmente hasta convertirse en la segunda fuerza parlamentaria en las elecciones del 2006. El ML, auto sometido a una crisis de crecimiento (o de disolución), se mantiene vivo sin crecer. En la situación actual, se ha alineado con el gobierno de los hermanos Arias.

Así las cosas, el PAC se presenta como el principal aparato partidario y parlamentario que condensa (y debería expresar) los sentimientos de repudio y castigo hacia la corrupción y venalidad. A este rechazo, el PAC agrega un modelo de desarrollo, menos conocido y comprendido por la población, centrado en el esfuerzo nacional y la inclusión. Como el sentimiento de rechazo a un sistema político podrido (y al intuido proyecto neoligárquico y tecnocrático) rebasa con mucho, ciudadana y socialmente, al PAC, éste surge como el principal interlocutor de diversos sectores de la sociedad civil, tanto de la ‘bien portada’ como de la emergente y de otros sectores, más minoritarios, que no podrían considerarse quizás ‘sociedad civil’ bajo ninguna de sus expresiones. El 48.4% de ciudadanos que votó No al pacto comercial expresa la fuerza electoral de este bloque (muy plural), fuerza que tiende a hacerse constante, y al que los grupos reinantes descalifican como “sindicalistas”, “comunistas”, “mentirosos” e “ignorantes”. Para el discurso imperante constituyen el ‘otro obsceno’ (Kristeva) o la ‘chusma’ (Kiko, de El Chavo del Ocho), lo repudiable y que no debe existir. Esta sensibilidad y este bloque emergente son ya en este momento alternativa de gobierno. Como tales están en la mira de la destrucción y de la cooptación de opulentos y prestigiosos.

En estas condiciones se realizó el primer referéndum de la historia política de Costa Rica. La ciudadanía (potencialmente) debía aprobar o rechazar un pacto comercial que “decidía el futuro del país”. El desenlace numérico quedó anotado más arriba. El carácter y proyección del evento será presentado y discutido en las secciones siguientes.

II

El resultado del referéndum del 7 de octubre generó sentimientos de rabia, frustración y desconcierto en sectores importantes de quienes votaron No. Un mensaje muy difundido en Internet se desahogaba mezclando ira e ingenuidad: “Me da vergüenza ser parte de esta Costa Rica de brutos… Cómo se nos ocurre darle el voto al Sí”. Otros se comprometían a seguir luchando más radicalmente. Alguno proclamaba el final de la lucha parlamentaria y el comienzo de la clandestinidad y la insurrección. La dirección (oficial y en buena medida autoproclamada) del No (Movimiento Patriótico) balbuceaba que exigiría el recuento de cada voto. Para los jóvenes, una parte cualitativamente importante del bloque, la derrota significó una brutal bofetada. Sienten que no era posible perder ante tanta desvergüenza. Transforman el golpe en desconcierto y dolor. Otros, en indignación. Todos estos sentimientos son social, humana y ciudadanamente legítimos.

La manera de superar la vertiente o paralizante o furiosa de estos sentimientos pasa por asumir al menos dos cuestiones básicas: los fenómenos políticos están constituidos por procesos, no por hechos, por importantes o decisivos que éstos parezcan. Y lo que se jugó en el pulso electoral del referendo fue una manera diferente de ‘estar en política y de hacerla’ que desemboca en un proyecto y un programa de país. Estos últimos son procesos. El referéndum, en cambio, uno de sus hechos o hitos. Lo que muestra la votación es que el proceso de cambio, que para Costa Rica es revolucionario, ha adquirido, en menos de diez años, una capacidad de convocatoria electoral que le ha llevado a colocarse como efectiva alternativa de triunfo. El 48.4% de los votos, en un país conservador, es una enorme cantidad de sufragios. En el proceso, es un éxito. Como hecho, el resultado del referéndum es una derrota. La frustración ante el desenlace electoral se sigue de la articulación de tres causas: la importancia de lo puesto en juego. El entusiasmo y calidad empeñados para conseguir el triunfo. La certeza o casi-certeza de ganar. A estas causas se sigue la angustia de saber que la derrota la propinó un rival sin nobleza, tramposo, torpe, hipócrita, pomposo y amparado por el sistema.

Este rival sin nobleza cometió errores que lo encaminaron a la derrota. El más grueso, una comunicación interna hecha pública puso en evidencia su rostro más retorcido y causó consternación y escándalo en todos los ciudadanos decentes. La comunicación urgía a preservar intereses y volcar preferencias infundiendo miedo, coaccionando alcaldes, mintiendo sin pudor, engañando al TSE. Involucrados: un vicepresidente de la República y ministro, un diputado, los hermanos Arias. El primero fue renunciado a cargos de los que debió ser expulsado. Los restantes, se amparan en la impunidad. El Tribunal Supremo de Elecciones miró para otro lado. Los medios masivos escondieron. La Conferencia Episcopal calló. Es el sistema.

Pero al error de los opulentos y ‘prestigiosos’ no es puesto en su verdadera dimensión (signo del régimen) ni publicitado tampoco por los partidarios del No. No se da el golpe del knock out. La explicación: no hay dinero para propaganda en los medios masivos. Inimaginable. Se quiere competir para ser alternativa de gobierno y de poder y no se cuenta (porque no se trabajó para obtenerlos) con los recursos más elementales. Lo mismo ocurre con la declaración de 95 religiosos que llaman a votar por el No. Los medios condenan la declaración pero no la publican. La gente que administra el No tampoco. La declaración existe, pero la gente mayoritariamente no la conoce ni discute. Se pierde la oportunidad de otro golpe que hubiera resuelto la pelea.

El bloque que lideran opulentos y ‘prestigiosos’ se estima derrotado a una semana de la votación. Los sondeos lo ubican más de diez puntos abajo. Ni el miedo ni la mentira han funcionado. Cunde la exasperación, la crispación, el odio. El temor sugiere los últimos esfuerzos: el obispo de los Arias en la Conferencia Episcopal (un señor Ulloa) desmiente y desautoriza (con su estilo ambiguo) la declaración de los 95 religiosos. El Gobierno recurre a la administración Bush para que declare que si gana el No el país no podrá renegociar otro tratado y probablemente perderá las concesiones para exportar derivadas del programa de la Cuenca del Caribe. Los Arias y el Sí se centran en declarar: “Es la única oportunidad. Quien le diga lo contrario, miente”. Es su mejor momento propagandístico.

Y florece al interior de su sistema. La norma legal (TSE) prohíbe la propaganda en medios masivos los dos días anteriores a la elección y el día mismo del evento. Los hermanos Arias, con la complicidad de medios y periodistas, y la docilidad del Tribunal Supremo de Elecciones (¿?) saturan viernes 5, sábado 6 y domingo 7 las pantallas llamando a votar por el Sí, ‘última y única posibilidad y quien diga lo contrario miente’, no habrá empleo ni inversión extranjera, sin TLC “nos lleva el Diablo”, etc. El No carece de capacidad de respuesta. Tampoco se queja ante la transgresión de la norma. No se hace presente. No paga campos para aminorar la saturación. Las tramas de Internet no pueden competir con el impacto televisivo.

El día de la elección las maquinarias clientelares tradicionales, a las que se agregan ahora los empresarios que inducen a sus trabajadores a votar por el Sí señalando que un No los llevaría a abandonar el país (una trabajadora humilde declara: “Cuando creí que la empresa se iba a ir, pensé hasta en salir del país porque se habrían cerrado muchas oportunidades. Ahora, me siento más segura” (LN, 09/10/07)), se muestra superior a la capacidad del No para trasladar votantes. Es también más descarada. Hasta las mujeres presas son llevadas a votar por el Sí. Se les ordenó hacerlo. Las televisoras siguen pidiendo a la ciudadanía ‘libre’ votar por el Sí. En esas ocho horas del domingo se resuelven los poco más de tres puntos que harán la diferencia entre el triunfo y la derrota.

¿Fraude? Sin duda. Y con la complicidad no solo de las “autoridades” locales sino con la de la mayoría de los “observadores” internacionales. Pero, seamos realistas. Esto era previsible. Esperable. El filósofo diría que el comportamiento de los tramposos consiste precisamente en “trampear”. Lo no previsible era que el Movimiento Patriótico por el No no se proveyera del financiamiento básico para noquear si la oportunidad se presentaba. Y se presentó. ¿Se pensó que el otro bando cederá poderío y ‘prestigio’ sin recurrir a todo? Si el No hubiese ganado se estarían viviendo otras crisis, producidas por los derrotados.

Sin dinero no hay publicidad. Y sin publicidad masiva, cuando se es retador emergente, se pierde la oportunidad de contribuir a crear nuevas sensibilidades y nuevas capacidades ciudadanas. Y entonces el rival va sobre oídos seguros, preacondicionados. Las mentiras burdas caen sobre sentidos de gentes que las desean oír.

¿Trabajó el No para su derrota? Si se considera el evento, sí. Si se valora el proceso, se abriría una polémica dura porque el Movimiento Patriótico agrupó a sectores muy diversos.

III

El proceso representado en esta coyuntura electoral por el No no salió derrotado en el referéndum. Lo perdió, que es algo distinto. Al perder, abrió una crisis en su interior. En efecto, una alternativa que se determina parlamentaria requiere de triunfos electorales (no necesariamente de llegar primera) para capturar legitimidad para su proyecto. El PAC, rostro parlamentario fundamental del No, ha estado dos veces al borde del triunfo, pero no ha triunfado. Sin embargo, ha crecido parlamentariamente. Sus rivales sienten su tufo electoral en el cuello. Lo resintieron particularmente espeso ahora. Querrán cooptarlo (masivamente o fragmentándolo) o destruirlo (aquí vale cualquier cosa). El otro escenario para el PAC consiste en transformarse en interlocutor permanente de ese más del 48% que parece desear un cambio fundamental para el “estar en política y hacerla”. Están amas de casa, estudiantes, sindicalistas, jóvenes, ecologistas, campesinos, trabajadores de servicios, indígenas, pobres de la ciudad y del campo, ciudadanos. Sus Comités Patrióticos se extendieron por todo el país. Si la vía es parlamentaria se debería escucharlos. Y esos diversos sectores deberían a su vez, escuchar al PAC. No para obedecerlo, sino para asumirse escuchando y participando, no solo demandando. PAC y sectores sociales deberían crecer en propuesta y organización a partir de sus reconocimientos y diálogos. Ambos frentes tienen razones para estar, hasta el momento, agradecidos unos de otros. Y el PAC tendría un salvoconducto social para evitar ser tragado por la corrupción y la venalidad contra las que nació. Y también para guarecerse de un aplastamiento eventual.

En lo inmediato, el trabajo condensado por los Comités Patrióticos y su votación del 48.4% y por su representación parlamentaria (PAC, Frente Amplio, Accesibilidad sin Exclusión) debe concentrarse en la aprobación de una Agenda Social básica y vigorosa que potencie a la población y en especial a los trabajadores frente a las “oportunidades” y privilegios que dará al capital y a los empresarios el TLC. Al mismo tiempo se debe luchar por legislación que torne transparentes y responsables las acciones de gobierno, evite la impunidad de los funcionarios y endurezca las sanciones legales y políticas por los delitos cometidos desde la función pública. La ciudadanía de a pie debe tomar el control de la designación de magistrados (Sala Constitucional, TSE, Corte Suprema) y, también, ser parte activa decisiva en la evaluación de su desempeño. En la actualidad, éstos y otros circuitos donde debería imperar la ley no resultan confiables.

Para los logros de una Agenda Social (que obviamente los hermanos Arias no querrán implementar) el bloque social y ciudadano emergente debería contar con muchos de los que votaron Sí en la reciente elección. Franklin Chang, cosmonauta, empresario, uno de los símbolos de su propaganda, declaró: “El TLC no tiene conciencia social”. Se trata de un hombre honesto y no podría negar su colaboración en la propuesta. La Conferencia Episcopal emitió en su momento (tan atrás que ya parece haberlo olvidado) la tesis de que el TLC debería ser acompañado por una ‘verdadera’ agenda de desarrollo nacional, no solo por una agenda de implementación del pacto comercial. Y hasta la a ratos klu flux klanesca y fascista La Nación S.A. se dejó decir ante la inminencia de la derrota: “... el Sí (o sea los Arias) tendrá que demostrar con hechos palpables que es posible la alianza eficaz del crecimiento económico y del desarrollo social (…) de la competencia y nuestra identidad” (LN: 08/010/07). O sea un poco la cuadratura del círculo, pero es un buen testimonio. La pretensión de Agenda Social debería ser apoyada por la mayoría, empezando por el trabajo y compromiso (en el barrio, en la calle, en los centros laborales, en las universidades, en las marchas y tareas de agitación) de quienes se organizaron en los Centros Patrióticos de Resistencia. Éstos son fundamentales para una nueva Costa Rica y para una nueva manera de esta en política y hacerla.

Y es que el bloque emergente, el que puede buscar tornar real desarrollo social, crecimiento económico amable con la Naturaleza, transparencia y responsabilidad políticas y una cultura sin exclusión, aún no ha perdido la guerra. Perdió un referéndum. Pero puede ganar batallas. Y si no consiguió “fusilar a los filibusteros”, frase de campaña, quizás consiga el milagro de convertirlos en empresarios frugales y solidarios. Para esto, obviamente, tiene que ganar a la mayoría de ciudadanos. Es la ruta parlamentaria. Que por el momento se presenta como la única ruta factible y, para quienes conocen la guerra, también como la única deseable.

Ahora, si el bloque emergente es cooptado o aplastado, por empresarios, corporaciones, tecnócratas, curas bandidos y medios masivos rufianescos, pues que sea la ruta que la gente sencilla y vulnerable quiera y pueda. Y que se sepa desde ya que sufrirán todos y durante mucho tiempo. Incluso los que en algún momento se sientan arrogante y brutalmente seguros de la victoria.

Davi y Goliat: lecciones desde el 07 de octubre

Javier Torres Vindas

Sociólogo y linotipista

socioarte@yahoo.com

El domingo perdimos por 3% (+/- 50.000 votos). Pero ganamos mucho. Ganamos lecciones que (hoy sin el ánimo tan caído y siendo más objetivos) quisiera compartir impresiones recogidas y/o compartidas con otro/as costarricenses en diversos espacios el día 08 de octubre.

  1. Nos creímos ganadores por dos ilusiones: la concentración de fuerza del domingo anterior y la encuesta de Unimer que nos daba la ventaja por 12%. Ello nos condicionó emotivamente para no masticar la derrota. Además, “mareada la perdiz” los del SI trabajaron más holgados y nosotros confiados.
  2. Olvidamos en que “cancha” jugábamos. Olvidamos que el escenario electoral ha sido cooptado en los últimos 50 años por los partidos políticos y el 07 de octubre nos mostraron su poder: saltarse las reglas establecidas en muchos niveles y aspectos, movilizar personas, buena coordinación de transporte, guías entrenados y/o motivados de diversas maneras, tener a la mano insignias, camisetas, banderas, logos y otras baratijas para regalar a quien lo solicitara, etc. Apretar poco a poco el día y en la tarde soltar la maquinaria en todo su esplendor aplastante y humillante.
  3. Mostrarse, darse a ver. Obstaculizar/invisibilizar a los competidores.
  4. Prever los dos escenarios ganar/perder, expresar una felicidad comedida, establecer el gane en dos niveles de celebración en la calle para el pueblo y en la Casa Presidencial con los más insignes representantes del PLUSC felices pero mesurados, con el cinismo político que ello conlleva.
  5. El peso determinante del discurso se gane o pierda.
  6. Los discursos del triunfo del SI mostraron al menos dos cosas: el día 08 página en blanco ¡aquí todos somos igualiticos!
  7. Tanto en TSE como en Casa Presidencial se consagró el gane con el discurso o bien el rictus legitimados de lo religioso.
  8. El discurso del No dado en palabras del Sr. Eugenio Trejos fue políticamente débil: primero entre líneas se notó su angustia derrotista, segundo apelar a las fallas institucionales y al escrutinio era un punto de su agenda discursiva no el punto central del discurso, tercero no supo (y no le asesoraron) cómo levantar el ánimo caído, hacer notar a lo/as costarricenses que apoyaron ese día el No que su trabajo fue fructífero, que debíamos celebrar y minimizar esa pequeña e insignificante ventaja del 3%, cuarto agradecer y dar a entender a toda la población el carácter de resistencia y convocatoria diversa del NO, mandar un mensaje firme y contundente al SI: con toda esa maquinaria y ese despliegue nosotros los del NO hemos sido David y podemos decir con orgullo estamos 50% a 50% ¡Señores del SI, hoy votaron 600.000 NO AL TLC! Entre el 06 y el 08 de octubre nada ha cambiado en términos de relación de fuerza política.
  9. El papel jugado por lo Medios de Comunicación fue claramente apostando al bando de los del SI. Los reportajes, las tomas, el tiempo que se dedicó a cada nota, etc. Nadie pudo antes, durante, ni después del 07 de octubre controlar sus adhesiones.
  10. A pesar del trabajo político de base que hemos hecho lo cierto es que la sensibilidad dominante ha internalizado en mucho/as costarricenses el clientelismo político. Nosotros ofrecíamos prácticamente nada en comparación con TODO lo que ofrecieron los del SI. A esto debemos sumar las promesas desmesuradas del gobierno y en particular del Sr. Óscar Arias. Si fuésemos consecuentes con ese “clientelismo” desde ayer 08 de octubre deberían haber empezado a publicar en lo periódicos y a notificar por los diversos medios de comunicación cómo, dónde y con qué trámites burocráticos deberían presentarse a recoger sus premios. Por ejemplo, si yo fuese del SI ya estaría en la agencia respectiva hablando con el vendedor para que me muestre el catálogo de mi muy merecida moto BMW 2008.
  11. Todo el énfasis discursivo, práctico y casi compulsivo por el orden como amenaza. Cuantos policías y cómo fueron apostados.
  12. Nos mostró quienes estaban y quienes no fuera de lugar. El gran despliegue de la burguesía dominante y las aspiraciones de los de abajo al imitar sus estilos de vida, por ejemplo, carros en que se desplazaron, como vestían, con quien se acompañaban, que celulares portaban, que ropa portaban, etc. La puesta en escena de los estilos de vida. Expresión-signo de una polarización que va mucho más allá del TLC.
  13. El papel del TSE, no siempre a la altura, levantó sospechas sobre su neutralidad. Las preguntas del día fueron ¿Podemos apoyarnos en ellos? ¿Son confiables estos delegados? ¿Por qué no aparecen personas en el padrón? ¿Por qué inconsistencias del padrón como cambios en los lugares de votación de algunos electores?
  14. La competencia del referéndum en su formalidad distó mucho de las prácticas del mismo. Primó la competencia imperfecta, por ejemplo, entre la repartición equilibrada y garantizada por el TSE de ambos bandos en los medios,
  15. El gobierno al ser el principal promotor del SI, ha violentado (y lo seguirá haciendo) sistemáticamente antes y durante con su incidencia y sus recursos en el proceso.
  16. La población joven se movilizó, participó electoralmente. Pero al igual que otro/as actores fue invisibilizado.

Si bien el balance nos dice que ganó Goliat. Lo cierto es que la memoria y las lecciones aprehendidas son invaluables. Hoy más que nunca estamos concientes ante quienes estamos y por qué debemos resistir. El domingo se perdió en ese escenario. Pero, al igual que cualquier “mejenga que se respete” ganó el que metió el último gol después de tres horas de mejenga. Ganó el SI en un escenario donde ha invertido 4 años. Un escenario que conocía mejor que nosotro/as. Ganó porque el que debía ser árbitro, es decir, el gobierno es del SI.

Este es el panorama. Hemos visto su maquinaria, su fuerza, su obscenidad, sus fauces. Estamos enteros, algo asustados y cansados. Pero hoy sabemos ambas pares (el SI y el NO) algo que sabíamos antes de 07 de octubre, estamos empatados 50% a 50%. Hoy sabemos a qué nos enfrentamos.

para estos días...

Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito
de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo,
y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,
y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda.

Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis
estropeando la vejez a oxidados dictadores,
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.

Papá cuéntame otra vez esa historia tan bonita
de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia,
y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo,
y como desde aquel día todo parece más feo.

Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa.

Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.

Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,
que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París,
sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:
las ostias siguen cayendo sobre quien habla de más.

Y siguen los mismos muertos podridos de crueldad.
Ahora mueren en Bagdad los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bagdad los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bagdad los que morían en Vietnam.

Ismael Serrano

El Debate Putnam-Rorty



lunes, 1 de octubre de 2007

Georges Bataille (1897-1962)

lunes, 1 de octubre de 2007 2
Una filosofía de la transgresión

Luis Diego Fernandez

Ex seminarista, pornógrafo, orgiasta, místico, hizo de su vida la consumación de un espectáculo de consecuencia con sus ideas. Filósofo total, la provocación pero también la inteligencia del exceso le otorgaron peso propio. A 110 años de su nacimiento, un repaso por la obra del pensador que les dio al erotismo, a la religión y al arte un estatuto revolucionario.

Legado

Su influencia fue evidente en pensadores como Michel Foucault, Gilles Deleuze, Jacques Derrida, entre otros. Y hoy, en Roberto Esposito y Giorgio Agamben.

La vida de Georges Bataille es una gran parábola de la filosofía francesa del siglo XX. Es la historia de cómo la mayor forma de racionalidad debe, necesariamente, perderse o borrarse para alcanzar su mejor forma. De alguna manera, el programa filosófico de Bataille es el muestrario de la apertura de la razón hacia la constatación de nuestra animalidad, para terminar, en definitiva, en la condición de posibilidad de una biopolítica contemporánea. Suerte de monstruo filosofal, Bataille mereció en vida la adjetivación tanto de Martin Heidegger como de Jean-Paul Sartre. Fue el pensador alemán quien lo calificó como la ?mejor cabeza pensante de Francia? Sartre, por su

parte, le dedicó un violento artículo donde su mirada despectiva le colocaba

el mote de? ¿nuevo místico?

Ex seminarista, pornógrafo, comunista revolucionario, bebedor, orgiasta, cercano al círculo surrealista, bibliotecario, místico, ateo (convertido), nietzscheano de izquierdas ?en la tradición de Palante a Foucault?, pueden ser descripciones atinadas de la vida o las vidas de Georges Bataille. En este sentido, quizás el mayor logro de su trabajo intelectual haya sido la libertad absoluta para pensar y escribir. Su trabajo en la Biblioteca Nacional de París y en la Municipal de Orléans le otorgaron el espacio para

el desarrollo de un proyecto filosófico al margen de la academia y los académicos. Nietzscheano y marxista en forma simultánea, veía en el dionisismo de Nietzsche y en la revolución marxista dos formas que quebrantarían lo que tanto lo obsesionaba: la homogeneidad fascista y productivista.

Artista maldito y revolucionario, Bataille hizo de su vida la consumación de un espectáculo de consecuencia con su pensamiento. Filósofo total, la provocación pero también la inteligencia del exceso le dieron peso propio. Quizá podamos ver a Bataille como un Nietzsche francés. Encarnación de la recepción del pensamiento del filósofo alemán en Francia, en gran medida es su responsabilidad que el nietzscheanismo haya prosperado y mutado en diferentes generaciones de pensadores franceses de la mejor manera. De alguna forma, si Heidegger fue ?el? filósofo del siglo XX, del cual se embebieron gran parte de los filósofos de la Europa continental, Bataille fue a todas luces el filósofo francés más importante de la primera mitad del siglo XX. La influencia del pensamiento batailleano es evidente y contundente al repasar algunos nombres tocados por su fibra: Michel Foucault, Maurice Blanchot, Gilles Deleuze, Jacques Derrida, Philippe Sollers, Pierre Klossowski, Emmanuel Levinas, el grupo Tel Quel, Michel Leiris, Jean-Luc Nancy, Roberto Esposito o Giorgio Agamben. Las esquirlas de

su visión de mundo y sus categorías fueron extraordinariamente resistentes y adaptativas al mundo contemporáneo. A diferencia de Sartre, cuya filosofía, es evidente, padeció de una obsolescencia notable, el pensamiento de Bataille resulta más vigente que nunca de cara al siglo XXI, mientras que la facciosidad de Sartre lo deja absolutamente a contrapelo.

El Yo caído

La vasta y diversa obra de Bataille incluye ensayos, novelas, relatos, poemas y centenares de artículos en revistas. En este aspecto, existen dos cuestiones dignas de remarcarse: la diversidad de registros de su escritura (que, como veremos, responden a un proyecto estético e intelectual), y lo que Foucault llamará ?el desenganche del Yo?. Ambas operaciones parten de la misma lógica conceptual. Veamos: la tradición de la ipseidad (el privilegio yoico) de la filosofía moderna ?particularmente, francesa con el gesto subjetivante del cogito cartesiano? resulta quebrada por el pensamiento

múltiple y acéfalo de Bataille. De Descartes a Sartre, la filosofía francesa pareció moverse en la preeminencia de una subjetividad totalizadora que daba sentido al mundo moderno. Esta significación, con Bataille, se rompe para siempre: de allí su impronta.

Quizá quien mejor plantee la operación de la filosofía de Bataille en el plano escriturario sea Michel Foucault, en el Prefacio a la transgresión: El desmoronamiento de la subjetividad filosófica, su disposición en el interior del lenguaje que la desposee, pero que la multiplica en el espacio de su cavidad, es probablemente una de las estructuras fundamentales del pensamiento contemporáneo. No se trata aquí todavía de un final de la filosofía. Más bien del final del filósofo como forma soberana y primera del lenguaje filosófico. Y tal vez a todos los que se esfuerzan por mantener la

unidad de la función gramatical del filósofo ?el precio de la coherencia, de la existencia misma del lenguaje filosófico? se les podría oponer la ejemplar empresa de Bataille, que no ha dejado de romper en él, y con encarnizamiento, la soberanía del sujeto filosofante (?) la obra de Bataille lo muestra mucho más cerca, en un perpetuo tránsito a niveles diferentes del habla, a través de un desenganche sistemático en relación con el Yo que

acaba de tomar la palabra, listo ya para desplegarla e instalarse en ella?

Efectivamente, es este espacio de soberanía y de privilegio del Yo, cogito o subjetividad ?en tanto fundamento?, lo que se abre a partir de la obra de Bataille. A través de las experiencias del erotismo, la mística y el arte, ese yo cerrado sobre sí, discontinuo y estructurante de un discurso filosófico, así como de una figura de filósofo soberano, se resquebraja, se contamina, se abre; consigue, en cierto modo, una continuidad (trágica).

La obra de Bataille, en este aspecto, revela una coherencia en lo múltiple: desde La experiencia interior (1943) y La parte maldita (1949) a El erotismo (1951) y su continuación en Las lágrimas de Eros (1961), su pensamiento revela esta tensión y esta búsqueda de sobrepasar el límite, de transgredir? la soledad del sujeto?. En las páginas finales de El erotismo aparece de modo tan bello como crudo y ferozmente lúcido lo que tal vez Bataille nunca haya dicho de mejor manera: ?¿Qué sería de nosotros sin el lenguaje? Nos hizo ser lo que somos. Sólo él revela, en el límite, el momento soberano en que ya no rige. Pero al final el que habla confiesa su impotencia. El lenguaje no se da independientemente del juego de la prohibición y la transgresión. Por eso la filosofía, para poder resolver, en la medida de lo posible, el conjunto de los problemas, tiene que retomarlos a partir de un análisis histórico de la prohibición y la transgresión. A través de la contestación, basada en la crítica de los orígenes, es como la filosofía,

volviéndose trasgresión de la filosofía, accede a la cima del ser? Esta búsqueda de transgresión del límite existencial es lo que también aparece en sus novelas publicadas bajo los seudónimos de Lord Auch o Pierre Angélique. Será entonces que en primer plano se da este juego de velos y desvelos tan propio de la experiencia erótica (o pornográfica) y la mística. Tanto El ano solar (1927), como Historia del ojo (1928), Madame Edwarda (1940) o El Abad C resultan cabales ejemplos de este desarrollo. Aparece entonces lo que Maurice Blanchot llamará la ?experiencia de la escritura?.

La ontología de la literatura de Blanchot se hermana con la literatura de Bataille en el marco de un pensamiento donde la relación con la otredad resulta central. El pensamiento sobre lo otro absoluto tiene en Bataille un representante de nota. En la tradición literaria francesa, de Mallarmé a Blanchot, la narrativa de Bataille cierra una estética de la experiencia, del derroche, el don y el sacrificio. Intimamente ligados, filosofía y literatura, ensayos y novelas se dan como una escritura común, donde los

conceptos o personajes terminan decantando en la misma exigencia; exigencia de un mundo que se ofrece, precisamente, como lo otro absoluto. Y la literatura, en este sentido, debe acceder a su desciframiento. Es en el comienzo de La experiencia interior que Bataille lo explicita: ?Este mundo se le da al hombre como un enigma a resolver. Toda mi vida (?) se me ha pasado en resolver el enigma?. El Bataille filósofo y el Bataille literato, de esta manera, es el mismo. Fernando Savater, en el prólogo a La

experiencia interior, habla de los múltiples Bataille. Pero es una multiplicidad común. Nuevamente, la heterogeneidad y la acefalía. El sacrificio y el don. El derroche. Todos los Bataille son el mismo Bataille.

Del gasto como concepto liberador. Los conceptos que emplea o genera Bataille tienen un centro unificador o común que se apoya en la trascendencia de la no utilidad. En los diferentes artículos citos en La conjuración sagrada aparece la importancia del gasto improductivo como forma de ?resistencia? o desarrollo de una vida libre y heterogénea. Las diferentes esferas que provienen del gasto improductivo, según Bataille,

serían: el lujo, los duelos, las guerras, los cultos, el arte, el sexo perverso (sin la función reproductiva), los espectáculos, los juegos (lo lúdico), lo suntuario en general. Aquello que repose en la inutilidad, por fuera de la matriz productiva útil, será lo reivindicado por Bataille. Su sociología ?plasmada en los pocos números de la revista Acéphale? tiene en Nietzsche, Marx y Sade tres fuentes que le resultan propicias para ver lo

excrementicio social, aquello que es descartado por su carencia de productividad. En cierto modo, lo marginal, lo alternativo, lo anormal, lo anómalo es donde pone el foco nuestro pensador. Elementos, por cierto, que Foucault considerará centrales en sus análisis posteriores. Su peculiar sociología heterogénea y acéfala le permitirá esta mirada revulsiva y plenamente actual.

Bataille descubrirá en Marx y Nietzsche lo dos antídotos o piedras de toque para la reconversión de lo que consideraba los grandes males de la sociedad moderna: el individualismo posesivo y el nacionalismo militarista. El artista soberano y la sociedad común le devolverían al hombre, de acuerdo a Bataille, lo que le correspondía por derecho propio (su libertad) y que el esquema teocrático continuado por la matriz productiva le habría arrebatado.

Erotismo, religión y arte, entonces, se revelan como las formas providenciales a través de las cuales la transgresión se hace manifiesta y el gasto improductivo se vislumbra. En definitiva: retorno y conciencia de nuestra animalidad perdida. Mística, erotismo y arte nos retrotraen a la conjura de una sociedad trágica (en torno a un mito). De esta manera, una sociedad heterogénea (y acéfala), según Bataille, sólo se podría unificar de

forma comunista y estética en torno a la tragedia. En contraposición a la sociedad fascista, universal y homogénea consustanciada en torno a un líder (Mussolini, Hitler). Este ditirambo dionisíaco se plasma en lo orgiástico que logra romper la falta de continuidad existencial. El hombre que trabaja (de modo enfermizo) para ?olvidar? su condición mortal y trágica emerge por medio de las manifestaciones del gasto improductivo (erotismo, mística, arte) permitiendo ?la continuidad del ser temporaria? y concluyendo, entonces, en la liberación de la enajenación productivista a la que lo lleva

la sociedad fascista.

El siglo de Bataille. El 10 de septiembre de 1897, hace 110 años, nacía Georges Bataille en Billom. Murió el 9 de julio de 1962. Era el menor de dos hermanos, con un padre alcohólico, ciego y sifilítico. Y una familia que vivía en permanente conflicto y padecimiento. En el 2001 el filósofo Bernard Henry-Levy publicó un libro vindicativo de Jean-Paul Sartre que tituló El siglo de Sartre. Allí defendía la tesis de que Sartre había sido ?el filósofo francés del siglo XX?, viendo en su figura al mismo siglo

encarnado. Algo así como una suerte de Voltaire de los tiempos modernos. Bataille, figura en algunos aspectos secreta, oscura y revulsiva, denostada por el propio Sartre, sin embargo, termina siendo una más cabal y cercana encarnación del siglo XX. Más lúcida y potente. Más atinada y feroz, así como polémica y dolorosa. Pero también vigente. Referencia ineludible para las filosofías de Giorgio Agamben y Roberto Esposito, Bataille parece ser la punta del iceberg de la biopolítica contemporánea. Tal vez sea ya el momento de decir, sin excusas, que el siglo XX fue el siglo de Bataille: ahí están sus textos para probarlo.

...Georges Bataille

La soberanía de lo sagrado

Julian Fava*

En 1949, y después de dieciocho años de trabajo, Georges Bataille publica su proyecto más ambicioso: el primer volumen de lo que sería su ontología del movimiento general de la vida interior del hombre. La parte maldita aparece, de este modo, como una obra cuyas pretensiones son tan desmedidas como aquello que se propone: fundar las leyes de la economía general frente al limitado horizonte de la economía restringida. La vida no es solamente una forma que se configura dentro de los límites de lo útil; sino que ella es, fundamentalmente, una fuerza que se despliega, se derrocha y se dona

produciendo un excedente destinado a la destrucción. La existencia humana está escindida trágicamente. Mientras que en el mundo del día ?es decir, el mundo profano? la vida, reagenciada por medio de prohibiciones y tabúes, es reducida al ámbito del trabajo que condena al hombre a una condición servil, en el mundo sagrado, en cambio, la existencia se abre sobre su límite más allá de la utilidad.

La risa, el erotismo y la poesía aparecen, así, como experiencias ligadas al gasto: lejos de las prácticas del mundo profano, donde cada individualidad se sostiene idéntica a condición de resguardarse en sus límites, exponen a cada singularidad a un afuera inaprensible, al instante que se resuelve en nada y que designa el reino milagroso del no saber, la soberanía, o la subjetividad profunda. La dialéctica económica entre el principio de utilidad y el principio de la pérdida está a la base, por lo tanto, de la

división entre el ámbito profano y el ámbito sagrado, abriendo esa triple dimensión: religioso-erótico-artística. No se trata, pues, de vestir lo real un ropaje inteligible. Se trata del excedente de nuestras fuerzas: de nuestra parte maldita. Se trata de apostar. Se trata de exponerse. Sólo así seremos soberanos, sólo así seremos eternos.

*Traductor de La parte maldita.

Bataille y el materialismo histórico

Mario Martin Gomez

La interpretación del pensamiento político de Georges Bataille ocupa un lugar destacado en el escenario filosófico contemporáneo: sus múltiples discusiones en torno al problema del Estado, su singular interpretación de la noción de soberanía y su recuperación como precursor de la temática de la comunidad marcan no sólo la originalidad de su elaboración filosóficopolítica sino también la vigencia de su pensamiento.

Este tópico complementa la plurivocidad de un pensar que no sólo se ocupó de temas tan diversos como el erotismo, el gasto, las religiones, la sociología francesa, el psicoanálisis o la escritura de novelas como Historie de l? oeil, sino que vinculó estos intereses con una preocupación por la imbricación entre teoría y praxis política.

No obstante, una zona del pensamiento político de Bataille espera ser exhumada: su singular apropiación del materialismo histórico durante los años 30, etapa que coincide con su pertenencia al movimiento surrealista. Este Bataille aún desconocido merece ser explorado; de este período se destacan una serie de artículos de la revista Contre-Attaque donde los clásicos conceptos de proletariado y revolución son enriquecidos en su tratamiento temático. Cabe mencionar la declaración Unión de lucha de

intelectuales revolucionarios: allí Bataille junto a Breton, Eluard, Klossowsky y Péret, entre otros, propone no sólo un diagnóstico de los motivos que condujeron al ascenso del fascismo sino fundamentalmente ?como toda filosofía política debiera hacer? a una terapéutica programática para enfrentarlo. La importancia filosófica de este aporte es doble. Por un lado, cancela aquellas lecturas que arbitrariamente ligan su pensamiento político al fascismo. Por el otro, demuestra su capacidad de producción colectiva en

el campo de la reflexión política, gesto pionero que retomarán Jean-Paul Sartre y Maurice Blanchot durante los años 60.

*Docente de Metafísica y Gnoseología de la Facultad de Filosofía y Letras de

la UBA.

La obsesión pornográfica

L.D.F

Las novelas pornográficas de Georges Bataille, publicadas bajo los seudónimos de Pierre Angélique o Lord Auch, parecen remitir directamente a la estilística del Marqués de Sade. Sus personajes, por lo general lineales (sin desarrollo psicológico), son transgresores y blasfemos. El erotismo de Bataille es un erotismo lindante con la mística, algo que se verifica en los personajes como Madame Edwarda o el Abad C. Este registro aparece como una mirada fría y abyecta de la carne, tal como lo detecta Michel Onfray. Se trata de una mirada que parte de cierta suciedad o culpabilidad (latente o transgredida) ligada a lo sexual. Seguramente, la observación de Onfray sea

atinada: la formación religiosa de Bataille pesó en esta construcción de lo sexual conectado con lo corruptible de lo corporal. Algo que, según Onfray, no aparece en los libertinos racionalistas de los siglos XVII y XVIII donde la mirada resulta radicalmente atea y materialista. En Bataille, así como en los casos de Sade o Sacher-Masoch, la obsesión pornográfica parte de la trasgresión a la ley. El espacio sádico ?el castillo gótico, la geografía cerrada, donde la orgía de los nobles se lleva a cabo? se contacta con el espacio masoquista (de Sacher-Masoch). En el caso de las novelas de

Bataille, la transgresión es mística, a diferencia de Sade, donde es claramente criminal. El cuerpo sádico es el cuerpo ilustrado, ateo y materialista; el sádico, el amo, tiene la potestad absoluta y el dominio sobre el resto de las vidas (los cuerpos) que se someten a la orgía. El master o la mistress son quienes ocupan el lugar de ?dios?, donde la ley que

rige en el castillo del crimen nada tiene que ver con el contrato civil. El cuerpo batailleano, en este sentido, es una herramienta cuyo exceso orgiástico pretende superar el límite de la discontinuidad de la existencia con los demás. Deseo, dolor y suplicio (algo que tanto obsesionaba a Bataille) aparecen intrínsecamente conectados en su poética. No son, entonces, los actos sexuales en sí mismos lo que le interesa al Bataille

pornógrafo, sino lo ?orgiástico? ?lo dionisíaco? tal como lo entendía Nietzsche en el Origen de la tragedia, es decir: ruptura de la ?soledad del ser? en el éxtasis de la carne.

 
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